martes, 18 de octubre de 2011

MOVIMIENTO

Movimiento, que concepto más temporal.
El constante movimiento nos rodea a veces sin que se nos apodere esa sensación de velocidad, de fugacidad. Pensar en una pausa física e inamovible nos resulta imposible, en un stop como si de un mando a distancia dependiéramos. Y quizás, mentalizar ese paso del tiempo como si un dibujo se tratara, fotografiar mentalmente ese rastro que lo movible va dejando instantáneamente atrás, también nos resulta costoso.
La cámara lo hace posible. La cámara tiene la capacidad de congelar, de capturar el instante preciso. Puede -a la vez, según voluntad del fotógrafo/a-  dejar retratado el paso del tiempo fijando ese recorrido del movimiento, descongelándolo en pixeles.



Como todo, es un juego.  Un juego entre la velocidad de lo que queremos fotografiar, la dirección del sujeto, entre la distancia de la cámara a éste, entre nuestra mente y dedos quienes mandan a la cámara, una u otra velocidad de obturación.
A menos exposición, más congelación del sujeto.  A más exposición, más rastro de ese movimiento, más trayectoria recogeremos.
Resultados inquietantes, curiosos y complejos… un ejercicio personal dónde su propia lectura le hará entrar en movimiento por si sola.



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